jueves, 13 de diciembre de 2012

Feliz Navidad a los miserables

Pasa el tiempo y las cosas no mejoran. Meses sin una sola respuesta a las horas diarias en busca de trabajo, y parece que caes en un pozo sin salida.
Llevo días haciendo cuentas y revisando facturas preguntándome hasta cuándo podremos aguantar, y me ahogaría en lágrimas si no fuera porque no puedo permitirme dejar de pensar en mis hijas.

Con cuarenta recien cumplidos, y separada con hijos ya formo parte del grupo de los intocables en el sector laboral.
Los amigos te dan un coscorrón y te llaman derrotista, que te vayas al extranjero sin pensar en nada y dejando a la familia, que han oido de gente con suerte, pero llega un momento que de la esperanza no se vive y piensas cómo has podido llegar a una situación tan miserable, "con lo qué tú valías..."


Se que no soy la única, pero tampoco sirve de consuelo, al revés, te das cuenta de que en este sálvese quién pueda tienes que luchar con otros que también intentan agarrarse a las paredes del agujero y salir a la luz desesperadamente; y sinceramente no me veo con ganas ni estoy dispuesta a hacer cosas por las que ya pasé cuando tuve que sacar a mis hijas adelante. Pensé que levantarlas a las 6 para dejarlas en manos de otras personas y correr todo el día para llegar a tiempo, oirlas llorar y echarme de menos, dejarlas malas con alguien que las cuidará peor, dejarme la salud y aguantar socarrones y faltas de respeto, pensé, ingenua de mí, que al final valdría para algo. Pero por qué ahora tengo que empezar de cero? Y ahora que ni las capas de maquillaje pueden hacerme pasar por jovencita.

Lo que esta claro es que hay mucha gente en una situación sin salida, y no ven ninguna posibilidad a la que agarrarse. Cursos interminables y complicados que al final no llevan a nada, esfuerzos y gastos que no compensan, y una espada de Damocles, ¿hasta cuándo podemos aguantar así?

Sabiendo cómo me siento, puedo pensar en lo mal que está mucha gente, los otros 4 millones de parados de larga duración, mayores de 40 años, con cargas familiares o sin ellas. Gente capaz y trabajadora que estará al borde de la pobreza cuando esos ahorros se acaben, y que por supuesto no estarán para tocar la pandereta estas Navidades. Y lo peor de todo, que miran a sus niños y se les rompe el alma.


Porque hay que ser realista, el gobierno no te ayuda, los políticos van a lo suyo, los bancos estan como buitres a la espera de que resbales y los amigos esperan que no les pase lo mismo y dedicarse a no perder lo suyo. Llega el momento del sálvese quién pueda, y los más crueles incluyo alegan que si no sales es por falta de bondades que a los ricos parece que les sobran. Más de un currito se ha puesto en el altar de los elegidos, y ha despreciado a esos hombres y mujeres que han tenido peor suerte que él, sin saber que su futuro tiende a ser el mismo.

Ojalá renaciera un espíritu más solidario y la gente se ayudara, porque es lo único que nos queda. Si existieran más buenas personas o el espíritu navideño llegara hasta los que pueden ofrecer ayuda, trabajo y esperanza a las familias que este año estan pasando frío y no tendrán ni jamón ni turrón, y que se lo quedan de puertas para adentro sin que nadie más lo vea, porque no son de pedir a nadie, y hasta ahora se habían valido por sus propios esfuerzos. Ojalá la gente que tiene el poder en sus manos de ayudar a uno solo de estos padres de familia, o de los que tienen a alguien a su cargo, regalen por reyes un salvavidas de esperanza.

Cualquier cosa para que podamos avanzar.

Porque he visto numerosos foros de lucha urbana, y política, pero ningún movimiento solidario para apoyar a las familias afectadas por la crisis, que no estan desauciadas pero también viven una situación difícil. Yo al menos ofrezco mi apoyo moral, y todo mi cariño.

Y a ver si la lotería cae este año entre los que no tienen dinero para comprarla.